Bette Davis

Una actriz legendaria

 

Biografía (12)

 

Los últimos años de una gran estrella

  

Tras “Canción de cuna para un cadáver” Bette recibió una oferta de una productora inglesa para rodar “A merced del odio”, la historia de una niñera trastocada emocionalmente por la muerte accidental de una de sus pupilas y ahora muy peligrosa también para su hermano. Esta película tuvo un éxito moderado, pero Bette no recibió ninguna oferta cinematográfica en dos años y medio. Durante este mortal paréntesis en su carrera, decidió trasladarse a Wetport, Connecticut, cerca de donde B.D. y su marido Jeremy se habían comprado una casa. Estaba muy excitada con el proyecto de vivir cerca de su querida hija. No obstante, la actitud de ésta y de su yerno fue siempre muy distante y las visitas  fueron escasas y llenas de discusiones. B.D. se distanció deliberadamente de su madre y se dedicó a su vida familiar.

Su hijo Michael, sin embargo, era un muchacho cálido y muy educado. A los 21 años se casó con Chou Chou Raum, una muchacha que encantó a Bette. La boda fue una ceremonia feliz para Bette. No obstante, B.D. no acudió al enlace ni a las celebraciones a pesar de ser invitada.

La relación con su hija Margot fue difícil para Bette pues ella no entendía el retraso de la muchacha y eso a Bette podía llegar a exasperarla.

En 1968 contrató a Vik Greenfield como asistente interno, el cual trabajó con ella durante 6 años. A finales de ese mismo año su hermana Bobby decidió alejarse de Bette y se trasladó a Phoenix para vivir con su hija Ruth y su familia.

En aquellos momentos Bette se sentía sola y solo encontraba consuelo en su cada vez más escaso trabajo. Entre 1972 y 1974 protagonizó varios pilotos para televisión que no llegaron a convertirse en serie. También realizó algunas giras con apariciones personales para proyectar imágenes de sus películas y comentarlas con el público.

A finales de 1973 los problemas económicos la llevaron a vender su casa de Twin Bridges y comprar otra más pequeña que llamó My Bailiwick, y que estaba más cerca de la de B.D.

    

Bette entrevistada en televisión en 1974 

No le llegaba ninguna oferta y aceptó la primera que estuvo en sus manos, un papel protagonista en un musical de Broadway. Se trataba de “Miss Moffat”, la versión teatral de su película de 1945 “El trigo está verde”. Al principio Bette aceptó el reto con ilusión y se integró con ganas entre los jóvenes miembros del reparto. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha del estreno en provincias, comenzó a sufrir repentinos problemas de salud que provocaron diversos retrasos. Finalmente la obra fue estrenada con éxito, pero tan sólo después de unas pocas representaciones Bette volvió de nuevo a excusarse sus habituales problemas de salud. Sabía que lo suyo no era el teatro y finalmente dejó colgada a toda la compañía.

Permaneció un tiempo alejada de la vida pública hasta marzo de 1975, cuando decidió retomar su espectáculo evocativo “Una noche informal con Bette Davis”, que paseó por Australia y el Reino Unido. Allí Bette se sentía feliz pues recibía el calor y la admiración de sus fans.

Su siguiente papel para el cine sería de nuevo una película de terror, “Pesadilla diabólica”, en la que de nuevo, Bette se enfrentó con todo el equipo. La crítica fue adversa a Bette y al film en 1976.

Su siguiente film, “La desaparición de Aimee”, fue más satisfactorio. Se trataba de una película para televisión en la que compartía protagonismo con Faye Dunaway, actriz que no gustó nada a Bette.

En 1976 B.D. y su marido se habían trasladado a una finca en Stevens Township, Pennsylvania. Bette procuraba visitarles con frecuencia, aunque nunca se alojaba en su casa, si no en un motel. Las visitas seguían siendo tensas, pues Bette no era bien recibida ni por su hija ni por su yerno. A pesar de ello, seguía ayudándoles económicamente. Las relaciones entre madre e hija iban de mal en peor y B.D. nunca se mostró agradecida.

En 1977 Bette tuvo varias ofertas. Primero protagonizó “The dark secret of harvest home” y posteriormente participó en la adaptación cinematográfica de la novela de Ágata Christie “Muerte en el Nilo”, donde realizó una colaboración especial.

En agosto de 1977 B.D. dio a luz a un nuevo hijo barón y Bette fue excluida de este momento. Bette asumió finalmente que no era querida en la vida de su hija y decidió alejarse. Dejó Connecticut y se trasladó a West Hollywood, donde compró un apartamento. Bette se sentía inmensamente sola, pues su madre Ruthie había muerto, su hermana Bobby estaba enferma de cáncer y su hija la había repudiado. Bette se entregó al alcohol más que nunca. Pero por suerte entró en su vida una joven universitaria en 1979, Kathryn Sermak, que se convertiría en su secretaria personal y principal compañía durante los últimos años de su vida. A Kathryn la conoció cuando la contrató para que la acompañase a Inglaterra a rodar el film “Watcher in the woods”, y a su regreso, le pidió que se quedara con ella como asistente personal.

En julio de 1979 Bobby falleció, lo cual supuso un nuevo golpe para Bette. Una vez más el trabajo palió sus penas. Entre 1978 y 1980 participó en varios proyectos: dos para la gran pantalla, el mencionado “Watcher in the woods” y “Return from Witch Mountain” para Disney, y tres telefilms para televisión, “Strangers”, “White Mama” y “Skyward”. Su interpretación en “Strangers” le valió un Emy como mejor actriz secundaria.

Entrevista en televisión en 1982 

En 1981 le ofrecieron el papel principal de una miniserie para televisión, “Family reunion”. Bette propuso para uno de los papeles a su nieto Ashley, hijo de B.D. 

De nuevo Bette se encontró con varias ofertas sobre la mesa para elegir. En 1982 interpretó para televisión “Little Gloria.. happy at last” y “A piano for Mrs Ciminino”.

En 1983 Bette tuvo el privilegio de trabajar en “Derecho a elegir” con otro de los mitos de la época dorada de Hollywood, James Stewart, que por entonces tenía su misma edad, 75 años. El trabajo fue cordial y estuvo lleno de admiración y respeto por ambas partes.

    

Con James Stewart

En 1983 B.D. y Jeremy pidieron ayuda económica a Bette porque estaban a punto de perder su negocio y su granja. Bette hizo frente a todas sus deudas, por lo que ambos manifestaron verbalmente su agradecimiento hacia ella, aunque no lo manifestaron en modo alguno con hechos.

En 1983 Bette recibió una interesante oferta del conocido productor Aarón Spelling para que realizara una colaboración especial en una nueva serie de televisión, “Hotel”. Bette participaría tan solo en siete capítulos por temporada por los que recibiría una importantísima suma de dinero. Era una oportunidad para mantenerse activa con un pequeño trabajo que le proporcionaría estabilidad económica. Participó en el piloto y en el primer episodio a pesar de no agradarle demasiado la oferta, pero el destino se mostró tremendamente adverso en forma de graves problemas de salud. A Bette le detectaron un cáncer de mama y posteriormente sufrió varias ataques de apoplejía que mermaron su aspecto físico y su fuerza. Precisó de varios meses de rehabilitación. A su lado siempre estuvo Kath. Sin embargo, las visitas y el interés de su hija B.D. fue siempre escaso.

Primer episodio de la serie "Hotel" 

Poco tiempo después B.D. y su marido tuvieron nuevos y graves problemas económicos y se vieron obligados a abandonar su casa y su negocio.

Entre tanto, Bette se sentía muy débil y desmejorada y temía ser vista en público. En 1984 aceptó participar en Inglaterra en la versión televisiva de la novela de Ágata Christie “El truco de los espejos”, junto a Helen Hayes. Por esos años, su hija B.D. y su marido experimentaron un fanático acercamiento a la religión. B.D. además recibió una jugosa oferta por escribir un libro sobre su madre, por el que recibió un importante adelanto económico. “My mother’s keeper” fue tremendamente cruel con Bette y la hirió profundamente, algo de lo que Bette nunca se recuperaría. Incluso tuvo una continuación bajo el título de “Narrow is the way” con una repercusión mucho menor. El primero se convirtió en un best seller y proporcionó a B.D. elevados beneficios a costa de hablar mal de su madre.

El nefasto año 1985 concluyó con la mala noticia para Bette de que Kath se iba a trasladar a trabajar a París, donde estaba su novio. Lo aceptó con resignación y se enfrentó de nuevo a la soledad y a la búsqueda de compañía de amigos y extraños a los que contrataba.

Una nueva salvación llegó de manos del telefilme “As summers die”. Pero tras este trabajo de nuevo vivió una sequía de trabajo. Su salud y su aspecto físico la habían mermado considerablemente y las ofertas eran difíciles. No obstante, en 1986 llegó a sus manos un bonito film llamado “Las ballenas de agosto”, donde compartió cartel con Lillian Gish, la dama del cine mudo. Como de costumbre, Bette complicó el rodaje y se mostró combativa contra Gish. Las críticas hacia el film fueron buenas.

Bette decidió escribir en esos momentos un segundo tomo de sus memorias, “This’n that”. Además, en la primavera de 1987 Kath Sermak regresó de París tras haber roto con su novio y de nuevo se convirtió en la mano derecha de Bette. Estuvo a su lado hasta el día de su muerte y ocupó el papel que debería haber cubierto B.D.

La salud de Bette y su aspecto la habían reducido a una figura esquelética. Aún en esta situación, en 1988 se embarcó en el rodaje de la que sería su última película, “Wicked stepmother”. Bette solo estuvo dos semanas y abandonó el rodaje. No obstante, su director rehizo el guión e incluyó los minutos en los que participó Bette. El film solo se comercializó en vídeo.

A lo largo de 1989 Bette recibió varios premios honoríficos. El último de ellos fue el premio Donosita a toda una vida en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Bette se desplazó hasta España a pesar de su precario estado de salud. El cáncer había invadido todo su cuerpo, pero por unos días, el calor y la aclamación de su público le dieron unos momentos más de gloria. Viajó a San Sebastián y pocos días después, tras un empeoramiento de su salud, fue junto a Kath al Hospital Americano de París, donde murió el 6 de octubre de 1989. Desaparecía así una de las más grandes leyendas de Hollywood y una de las mejores y más fascinantes actrices de todos los tiempos, BETTE DAVIS. 

 

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