Bette Davis

Una actriz de legendaria

 

Biografía (4)

 

El Oscar por Jezabel y su primer amante

"Cautivos del deseo" resultó ser una buena película, en la que Bette pudo descargar sus frustraciones. Desafortunadamente, el público no la entendió y el filme fue un fracaso de taquilla, aunque el prestigio de Bette sí aumentó considerablemente gracias a su gran interpretación. Después llegarían "Barreras infranqueables" y "Dangerous" (Peligrosa). Estas no eran grandes películas, pero sí excelentes trabajos de la actriz, en los que llegaría a arriesgar su precario equilibrio psicológico para conseguir lo mejor de sí misma. Como resultado, a finales de 1935 se podía considerar que Bette era una estrella a nivel internacional.

"Barreras infraqueables" (1935) 

La Warner le fabricó a Bette una imagen pública alegre y despreocupada, a años luz de lo que era en realidad su vida privada, con gravísimos problemas con su marido, su madre y su hermana. Ham continuaba mortificado por la humillación que suponía ganar diez veces menos que su esposa y el matrimonio iba de mal en peor.

Bette rodó "El bosque petrificado", una historia de gángsters con Leslie Howard y Humphrey Bogart. Howard, recordémoslo, la odiaba, pero el prestigio de Bette era ya tal que no puso pegas a tenerla en la película. Fue un rodaje dificultoso, plagado de los problemas de salud de Bette que se irían repitiendo periódicamente y con constantes piques entre la actriz y el director. Sin embargo, el resultado final sería nuevamente estimable. Después, Bette empezaría a tener problemas con la Warner que acabarían con una guerra entre el estudio y la actriz que llenaría páginas y páginas de los periódicos de la época. Jack Warner y Hal Wallis, los directivos de la Warner la obligarían a actuar en "The man with the black hat" y "Cream princess", dos películas que Bette consideraba indignas y en las que intervino más que nada para hacer frente a sus cada vez más acuciantes problemas económicos. Sin embargo, en medio de aquella situación, Bette recibiría una enorme y grata sorpresa.

En 1935, Bette recibiría su primer Oscar por "Dangerous" (Peligrosa). La actriz no esperaba ni mucho menos esta distinción. Acudió a la gala casi por obligación y cuando el maestro de ceremonias anunció su nombre, casi no lo podía creer. A Bette, "Dangerous" no le gustaba especialmente (más bien todo lo contrario), pero pensó que el Oscar le daría fuerza para luchar contra los abusos a los que la sometía Jack Warner. Escribió una carta en la que le pedía más dinero, más vacaciones y más poder para elegir los guiones en los que tenía que colaborar. Además, también exigió elegir los programas radiofónicos en los que debía intervenir. Warner no aceptó ninguna de las condiciones de su estrella y esto abrió una batalla legal que llegaría a su punto álgido cuando la Warner suspendió a Bette de sus funciones y ella aceptó la propuesta de un productor polaco para rodar dos películas en Inglaterra.

    
Su primer Oscar Por "Peligrosa" ("Dangerous") en 1935 

Bette abandonó Hollywood vía Vancouver y, pese a que intentó ocultarse de los periodistas, al llegar a Canadá se vio rodeada de reporteros. Presionada por el ambiente, lanzó duras críticas contra la Warner y anunció que se iba a Europa para iniciar allí una nueva carrera. Esto no tenía fundamento legal alguno, pues Bette tenía firmado contrato en exclusiva con el estudio.

El viaje hasta Inglaterra sirvió para que las cosas entre Bette y Ham mejoraran ostensiblemente. Ambos llegaron a Inglaterra enamorados otra vez. Antes de empezar a rodar en el viejo continente, Bette debía solventar sus problemas legales con la Warner. El estudio había contratado a una prestigiosa firma de abogados británicos para impedirle rodar un solo plano. Ella ignoró el problema y, mientras esperaba, se dedicó a ver el país con Ham. De esta forma pudo darse cuenta de que en las islas británicas era todavía más querida que en los Estados Unidos. Su carácter educado y su inteligencia la hacían diferente de la mayoría de las estrellas de Hollywood que habían pasado por el país.

Los problemas empezaron a hacerse patentes cuando el dinero comenzó a escasear. La Warner la demandó y contrató a sir Patrick Hastings, un formidable, cruel e irónico abogado que se preparó para hacerla pedazos en el estrado. Para pagar su defensa, Bette tuvo que pedir un adelante a su productor. Contrató a uno de los mejores abogados ingleses, pero incomprensiblemente, este llevó su caso como un principiante.

Para colmo de males, Ham volvió a impacientarse y decidió marcharse a América y aceptar una oferta de trabajo. Bette le suplicó que se quedase, pero él no hizo caso y, encima, Bette debió pagarle el billete de vuelta. Cuando se celebró la vista, Hastings crucificó a Bette ante la atónita mirada de su abogado y con la complacencia del juez, a quien no le gustaban aquellos ejemplares de Hollywood. Bette tuvo que volver a Nueva York y trabajar otra vez para Jack Warner, que en un "generoso" gesto (no olvidemos que Bette era toda una estrella) le había perdonado.

 

Jezabel

 Al volver a la Warner, el estudio la recibió con una película de bajo presupuesto pero ideal para ella. Se trataba de "The marked woman", historia de gángsters basada en un asunto real en el que había estado implicado el famoso Lucky Luciano. Bette era una bailarina de mala reputación y su "querido" Bogart, su compañero en los títulos de crédito.

      
Con Henry Fonda en Jezabel

El rodaje, como siempre, fue problemático, pero Bette volvió a lograr un gran trabajo, con lo que consiguió un adelante de 14.000 dólares con los que pagar las deudas contraídas en Inglaterra.

El proyecto de "Jezabel" lo inició el estudió pensando en Bette como la protagonista idónea. "Esta historia de una zorra sureña sería ideal para Bette Davis", cuentan que le dijo uno de sus colaboradores a Jack Warner. Los problemas llegaron por vía de una vieja conocida: Miriam Hopkins. La actriz, todavía celosa de Bette, poseía los derechos de la novela y se negaba a venderlos si no era conla condición de ser ella la protagonista. No cedió hasta que le pagaron 12.000 dólares y la engañaron asegurándole que ella sería la primera elección. Mientras esperaba a "Jezabel", Bette encadenó una serie de fatigosos rodajes. Nunca veía a Ham, quien trabajaba de noche, justo cuando ella dormía después de llegar muy tarde a casa. En este aspecto, Bette nunca estuvo tan bien tratada por su estudio como otras estrellas del orden de Katherine Hepburn o Greta Garbo en la RKO o la Metro. Su madre seguía gastando a manos llenas en coches, joyas y vestidos (y esto nunca le supo mal a Bette) y Bobby seguía internada, por todo lo cual seguí pagando facturas astronómicas.

Con Ham, las cosas habían llegado a su fase terminal. El hecho de estar siempre oscurecido por su esposa y el cambio en el carácter de Bette, de una dulce y sumisa jovencita a una mujer con el temperamento de una tormenta, fueron demasiado para el músico.

Finalmente, Bette consiguió unas vacaciones simulando que había padecido una insolación y no volvió a trabajar hasta que "Jezabel" estuvo por fin a punto.

  
Con William Wyler, el gran amor de su vida, durante el rodaje de Jezabel en 1938 

 

Wyler entra en escena

"Jezabel" sería muy importante porque Bette conocería durante el rodaje a William Wyler, el primero de sus amantes. Se trataba de un director menudo, inagotable y perfeccionista que se encontraba entre los tres mejores de Hollywood. Bette quedó inmediatamente fascinada por él. Era todo lo contrario que Ham: ambicioso, inteligente y dominador. Ambos se enamoraron enseguida y a lo largo de la filmación iniciaron su tempestuoso romance. De Wyler, Bette aprendería a dominar su temperamento y a utilizar sus tensiones en beneficio de su trabajo.

El rodaje de "Jezabel" estuvo plagado de problemas. Las tensiones derivadas de su romance con Wyler y de la importancia que Bette sabía que tendría la película para su carrera, afectaron su débil salud con mil y un problemas. Para colmo de males, Henry Fonda, el protagonista masculino, tenía una prisa enorme por terminar el rodaje, pues su esposa estaba a punto de dar a luz un bebé que después sería Jane Fonda. En vez de avanzar deprisa, el rodaje se retrasó una y otra vez y Bette estuvo a punto de sufrir una crisis nerviosa en varias ocasiones.

 

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