Argumento: Alicia Hull (Bette Davis), viuda de un soldado que murió en la primera guerra mundial, ha dedicado toda su vida al servicio de los demás. Como bibliotecaria de la Biblioteca Pública de Kenport, se considera, no meramente una guardiana, sino una guía que ayuda a moldear a la futura generación de su pueblo natal, en Nueva Inglaterra. Al tomarse un interés personal por los niños y sus lecturas, éstos la consideran una amiga y consejera. Freddie Slater (Kevin Coughlin), un niño tan ávido de aprender que no se mueve de la biblioteca, es su gran favorito.

En una reunión del consejo, unos funcionarios municipales le piden a Alicia que retire de la circulación en la biblioteca un libro titulado El sueño comunista, que juzgan subversivo.  De acuerdo con ellos en que el libro es la antítesis de los ideales americanos, Alicia lo califica de literatura absurda y accede a retirarlo de los estantes de la biblioteca. Más tarde, al reconsiderar su apresurado consentimiento, altera su decisión y decide que el libro debe seguir en circulación, pues cree que su accesibilidad afirma los ideales de la libertad. Esta decisión ocasiona su despido y el consejo municipal la sustituye por Marta Lockridge (Kim Hunter), su ayudante y amiga.

El juez Robert Ellerbe (Paul Kelly), convencido de que el despido de Alicia es una injusticia, convoca una reunión municipal en la que espera verla reintegrada a su puesto gracias al apoyo público. En la reunión, a la que asiste muy poca gente, Paul Duncan (Brian Keith), novio de Marta Lockridge y político oportunista, denuncia a a Alicia y la tacha de comunista porque es miembro de organizaciones sospechosas. Al alegar que su interés por tales organizaciones se debe a que coinciden con algunas de sus ideas y no a que ella crea en sus ideales, Alicia se gana la enemistad del público, que cree en las explicaciones de Duncan.

Trastornado por la expulsión de Alicia e intimidado por sus compañeros de clase para que la denuncie también, Freddie Slater llega a sentirse tan desorientado psicológicamente que, tras una serie de frenéticas pesadillas, entra en la biblioteca sin ser visto y la incendia.

Los ciudadanos, al ver sus biblioteca, lamentan repentinamente su cobardía y su conservadurismo. El alcalde (Howard Wierum), consciente ahora del error cometido por el consejo municipal, ruega a Alicia que ocupe de nuevo su puesto y reconstruya la biblioteca. Ella acepta este reto y declara que el incendio ha sido en parte culpa suya, al optar por retirarse en vez de luchar por sus creencias, pues ningún político debe dictar nunca qué libros puede o no tener una biblioteca.

Volver a Filmografía   |   INICIO