Argumento: En una destartalada mansión de Hollywood, Jane Hudson (Bette Davis), ex niña prodigio del teatro, y su hermana Blanche (Joan Crawford), una reina de la pantalla obligada a retirarse por un accidente de automóvil que la dejó inválida, viven en un virtual aislamiento. Su reclusión queda interrumpida por las visitas semanales de Elvira Stitt (Maidie Norman), la asistenta, que teme por la seguridad de Blanche a causa del excéntrico comportamiento de Jane y de sus abusos con la bebida.

Cuando se entera de que Blanche pretende vender la casa y recluirla en un sanatorio, Jane le recuerda a su hermana que depende de ella y lo hace acosándola con actos macabros, como servirle para comer ratas asadas o loros cocidos. Jane frustra los intentos de Blanche por huir de la casa y empieza a delirar, convencida de que puede regresar al teatro resucitando antiguas actuaciones.

Tras encargar reproducciones de sus vestidos infantiles, contrata a Edwin Flagg (Victor Buono), un pianista de tres al cuarto con complejo de Edipo, para que le haga sus arreglos musicales. Aunque advierte que los planes de Jane son absurdos, Edwin finge entusiasmo porque ella le ha prometido un sustancioso adelanto en metálico.

Blanche, encerrada en su habitación, intenta escapar y cae rodando hasta el pie de la escalera, donde Jane la encuentra y la ata después de maltratarla sin contemplaciones. Elvira, que regresa a la casa después de haber sido despedida por Jane, fuerza la puerta de la habitación de Blanche y la descubre atada a su cama y amordazada. Jane sorprende a Elvira y, presa del pánico, la mata.

Aquella noche, dos policías llevan a casa a Edwin algo bebido, tomándole por un merodeador sospechoso. Jane corrobora su historia y le invita a entrar para tomar una copa. Mientras Jane habla con él, Blanche consigue volcar una mesita de noche y Edwin investiga el origen del ruido. Al encontrar a Blanche a punto de morir, Edwin huye de la casa rápidamente, pese a su borrachera. Temiendo que vuelva con la policía, Jane lleva a su hermana a Malibu Beach, donde pretende enterrarla en la arena de la playa.

La desaparición de Elvira ha sido denunciada por su familia. Una investigación policial descubre el cadáver y organiza una búsqueda de las hermanas, también desaparecidas.

Al amanecer, Blanche, a punto de morir, le confiesa a Jane que ella ha sido la responsable de su declive mental porque, movida por los celos, preparó el accidente de automóvil que le causó tan graves lesiones e hizo creer a Jane que fue culpa suya.

Dos motoristas de la policía encuentran el coche de Jane abandonado cerca de la playa y, cuando se disponen a detenerla, se acerca una multitud de curiosos. Jane les dedica una reverencia y, muy contenta, inicia su número de Baby Jane, que había cautivado al público hacía más de cuarenta años.

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