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Una actriz legendaria |
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Los gangsters del aire |
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Ficha artística y técnica Título original: Parachute Jumper Una película First National Warner Brothers (1933) Dirección: Alfred E. Green Guión: John Francis Larkin, basado en el relato Some Cal! It Love de Rían James Reparto: Douglas Fairbanks Jr., Leo Carrillo, Bette Davis, Frank McHugh, Claire Dodd, Sheila Terry, Harold Huber, Thomas E. Jackson, George Pat Collins, Pat O'Malley, Harold Healy, Ferdinand Munley, Walter Miller. |
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Argumento: Bill Keller (Douglas Fairbanks Jr.) y su compañero Toodles (Frank McHugh), hasta entonces aviadores de la Marina destacados en Nicaragua, van a Nueva York, una vez licenciados, con la intención de trabajar para una compañía de aviación que, como pronto descubren, está en quiebra. Vagando por Central Park, Bill encuentra a Alabama (Bette Davis), otra víctima del desempleo que, tras oír su historia, propone que él y Toodles compartan con ella su apartamento para ahorrarse gastos hasta que se hayan recuperado financieramente.
Al contestar a un anuncio que solicita un chófer con experiencia, a Billlo contrata la señora Mewberry (Claire Dodd), la amiga de un gángster, que le encuentra muy atractivo. Él acaba por corresponder a su agresivo flirteo, pero les sorprende en una situación comprometedora el amante de ella, Weber (Leo Carrillo), quien al ver que Bill, ante una muerte segura, adopta una actitud de completa indiferencia, desiste de su intención de matarle. Impresionado por su bravura, Weber le contrata como guardaespaldas, para que permanezca en su despacho, detrás de un biombo, y dispare contra cualquier visitante que amenace al gángster. Un día, entra allí Alabama y Weber, atraído por su acento sureño, la contrata como secretaria.
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Al saber por Alabama que Bill es un experto piloto, Weber lo utiliza para introducir narcóticos por vía aérea en Estados Unidos desde Canadá y le engaña haciéndole creer que lo que pasa de contrabando son licores. Un avión gubernamental le persigue en el curso de un vuelo y Bill, convencido de que pertenece a unos delincuentes, lo derriba. Cuando descubre que en realidad ha estado transportando narcóticos, Bill amenaza con abandonar su tarea, pero Weber le obliga, pistola en mano, a efectuar otro vuelo. Durante este viaje les persiguen de nuevo y durante la fuga Bill tiene la oportunidad de desarmar a Weber, lanzar el cargamento y aterrizar sano y salvo. Entrega al gángster a las autoridades y logra convencerles de que él se había visto obligado a pilotar el avión contra su voluntad.
