Argumento: Jimmy Mason (Junior Durkin), un adolescente sin trabajo, traba amistad con Matt Kelly (Pat O'Brien), un gángster de poca categoría que le proporciona un empleo como telefonista de su local destinado al contrabando de licores. Jimmy, cegado por la admiración que siente por Kelly, no comprende que, en realidad, el contrabandista se interesa por su novia, Peggy Gardner (Bette Davis).

Cuando la policía irrumpe en el escondrijo de Kelly, detiene a Jimmy, el único que está presente. En el juzgado se niega a identificar a Kelly como su jefe y, tras recibir la reprimenda de un severo juez (Wallis Clark), le condenan a tres años en un reformatorio del Estado.

En esta cruel institución, los muchachos padecen los malos tratos de un guardián sádico (Hooper Atchley) y de un director sin escrúpulos (James Marcus). Jimmy traba amistad con Shorty (Junior Coughlan), un recluso que padece una grave enfermedad del corazón. Después de morir Shorty a causa de los malos tratos, un altruista editor de periódicos (Morgan Wallace) inicia una campaña para lograr que mejoren las condiciones penitenciarias, pero sus esfuerzos resultan vanos, ya que el personal del centro acaba enterándose de que éste va a ser inspeccionado. 

Cuando la tía de Jimmy (Emma Dunn) le visita y le explica que Peggy se ve muy a menudo con Kelly, el joven escapa dentro de un contenedor de basuras y se dirige al apartamento de Kelly, donde encuentra a Peggy. Ésta le explica que el motivo de su amistad con Kelly no era otro que el de tratar de persuadirle para que ayude a sacar a Jimmy del reformatorio. 

La policía ha seguido a Jimmy hasta el apartamento, pero, antes de que puedan arrestarle, Kelly confiesa su culpabilidad y exculpa a Jimmy.

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