Argumento: Susan Grieve (Bette Davis), hija de un clérigo de Nueva Inglaterra, vive sola en un lujoso apartamento de Manhattan y dedica su tiempo a una labor voluntaria en el hospital y a escribir poesía de carácter social que, a menudo, le critican como estéril. En una cena organizada por su amigo Stacy Grant (John Hoyt) en honor de Slick Novak (James Davis), un héroe de la marina, Susan se siente muy violenta cuando Novak baila con ella mejilla contra mejilla. Ignorando los visibles encantos de Peggy Markham (Janis Paige), su acompañante en la velada, Novak acompaña a Susan a su apartamento, donde ella le invita a tomar una última copa. Cuando tiene las bebidas a punto, Susan descubre que su inesperado huésped se ha quedado dormido.

Cuando por fin se despierta, Novak se excusa por su grosería. Creyendo que se librará de él enseguida, Susan le disculpa, pero descubre que él no tiene intención de marcharse hasta haber iniciado un escarceo amoroso. Aunque al principio se resiste, Susan acaba por sucumbir a sus besos.

A la mañana siguiente, Novak se muestra apenado, pero, después de desayunar, Susan sugiere una excursión en automóvil al campo, que finalmente les lleva a la zona agrícola de Connecticut donde Susan posee una casa que no parece muy dispuesta a visitar. Ante la insistencia de Novak, llegan a la granja y el matrimonio Castle (Walter Baldwin y Florence Bates), que cuida la finca, les recibe cordialmente.

Después de cenar, Novak quiere saber por qué Susan tiene miedo a la casa y ellla le explica que fue en ella donde su padre se suicidó después de que su madre, Maggie McGuire, se marchara con otro hombre. Amargado por sus experiencias en la guerra, por las que ha sido condecorado, y sintiéndose más un cobarde que un héroe, Novak le confiesa que pensaba ser sacerdote, pero que ahora se considera incapaz de servir a Dios y a la Iglesia.

Cuando, al día siguiente, descubre que Novak se ha marchado, Susan regresa a Manhattan y encuentra una carta de su madre, que está en un hospital local en estado crítico. Ante la insistencia de Stacy, Susan acepta cenar con él y encuentran a Novak y Peggy, que, en su momento de triunfo, no vacila en difamar a Susan.

A la mañana siguiente, Novak regresa al apartamento de Susan para explicarle que su cita con Peggy fue un gesto de desafío a la posibilidd de enamorarse de Susan. Comprendiendo los tormentos que le causa tanta frustración, Susan le despide aconsejándole que no debería abandonar su plan de abrazar el sacerdocio antes de haber hecho un auténtico esfuerzo por convertir su sueño en realidad. Tras asegurarle que no le guarda rencor, le enseña la carta de su madre y le dice que no sólo le perdona que haya llevado a su padre al suicidio, sino que piensa visitarla. Al descubrir que él ha ayudado a alguien más a sentir compasión, Novak se va con sus convicciones reforzadas.

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