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Una legendaria |
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La loba |
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Ficha artística y técnica Título original: The little foxes Una producción Samuel Goldwyn para la RKO Radio Pictures (1941) Dirección: William Wyler Reparto: Bette Davis, Herbert Marshal, Teresa Wright, Richard Carlson, Patricia Collinge, Dan Duryea, Charles Dingle, Carl Benton Reid, Jessie Grayson, John Marriot, Russel Hicks, Lucien Littlefield, Virginia Brissac
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Argumento: Al necesitar 75.000 dólares para comprar una participación en una empresa que, según aseguran sus hermanos, ganará millones, Regina Giddens (Bette Davis) envía a su hija Alexandra (Teresa Wright) a Baltimore para que traiga a su esposa Horace (Herbert Marshall), que se ha estado recuperando de un ataque al corazón en un sanatorio. Ya en casa, Regina atormenta a Horace, pero él mantiene firme su negativa de financiar a los hermanos Ben (Charles Dingle) y Oscar (Carl Benton Reid) en el negocio que quieren emprender.
Al no poder conseguir Regina el dinero de Horace, su sobrino Leo (Dan Duryea), empleado en el banco de Horace, roba de la caja fuerte suficientes bonos negociables como para asegurar la financiación de la maquinaria para el algodón. sospechando el robo, Regina trata de chantajear a Ben y a Oscar para que le entreguen una parte del negocio, pero Horace le desbarata el plan al asegurar que él mismo entregó los valores a Leo.
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Furiosa al ver que Horace no quiere denunciar a Leo, Regina espera hasta que su marido sufre una insuficiencia coronaria y tiene que pedirle el estimulante cardíaco. Entonces, ella le niega el médicamente, sabiendo que sin él morirá. De pie junto a su lecho de muerte, Regina le desafía fríamente a lanzar una acusación en el último momento, pero Horace emplea las pocas fuerzas que le quedan para consolar a Alexandra y rogarle que se aleje de su intrigante madre y se case con David Hewlitt (Richard Carlson), joven director de un periódico al que Regina ha rechazado como pretendiente de su hija.
Después de morir Horace, Regina presenta a sus hermanos pruebas del robo de Leo y exige los dos tercios del nuevo negocio a cambio de su silencio. Ellos acceden a su exigencia, aunque Ben le sugiere que podría acabar siendo acusada de haber asesinado a Horace. Ella les desafía, diciendo que no tienen ninguna prueba enla que basar sus sospechas.
Al oír casualmente a Regina, Alexandra comprende por fin lo malvada que es en realidad su madre. Tras echárselo en cara y decir que no puede seguir viviendo en la misma casa con la mujer que mató a su padre, Alexandra corre al lado de David, que la espera afuera para reconfortarla.
Desde una ventana del piso alto, Regina les ve alejarse juntos. en posesión del poder y la riqueza, cuya consecuión la ha llevado a conspirar y a matar, se queda completamente sola, odiada y despreciada por todos.
