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Bette
Davis |
Una
actriz
legendaria |
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El
hombre que vino a cenar |
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Ficha
artística y técnica
Título
original: The man who came to dinner
Una
producción Warner Brothers (1941)
Dirección:
William Keighley
Reparto:
Bette Davis, Ann Sheridan, Monty Woolley, Richard Travis, Jimmy Durante,
Reginald Gardiner, Billie Burke,
Elisabeth Fraser, Grant Mitchell, George
Barbier, Mary Wickes, Russell Arms, Ruth Vivian
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Argumento:
Durante una gira de conferencias,
Sheridan Whiteside (Monty Woolley), una eminencia de fama internacional, acepta
de mala gana una invitación a cenar en casa de una destacada familia de Ohio.
Al llegar con Maggie Cutler (Bette Davis), su secretaria, resbala en el hielo
que hay delante de la casa de su anfitrión y le llevan adentro mientras amenaza
a gritos con un pleito.
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Amedrentados
por sus amenazas, Ernest Stanley (Grant Mitchell), que es la antítesis de todo
aquello en lo que cree Whiteside, y su esposa (Billie Burke), preocupada por el
ascenso social, hacen todo lo posible para que su maltrecho huésped se sienta a
gusto, después de que el doctor Bradley (George Barbier) asegure que la lesión
de su pierna es grave y que debe permanecer inmovilizado en una silla de ruedas.
Resignado a ser un huésped no deseado, Whiteside decide divertirse
reorganizando la vida de todos. Centra su simpatía en los sirvientes y en los
hijos de Stanley (Elisabeth Fraser y Russell Arms), recomendándoles marcharse y
vivir sus propias vidas. Con la promesa de un papel en una función que
Katherine Cornell se muere de ganas de hacer, alienta a la esplendorosa actriz
Lorraine Sheldon (Ann Sheridan) a abandonar al aristócrata inglés que la
mantiene lujosamente en Palm Beach para que se vaya a Ohio y rompa un idilio
entre Maggie y el director de un periódico local (Richard Travis). Sin embargo,
cuando Maggie averigua su plan y amenaza con despedirse, envía a Lorraine a un
museo de Filadelfia en el sarcófago de una momia egipcia que le ha regalado el
Jedive. También le han obsequiado cuatro pingüinos el almirante Byrd y un
pulpo William Beebe. Una vez en marcha el mecanismo de sus planes, y cuando más
le interesa continuar en casa de los Stanley para seguirlos atormentando,
Whiteside compra el silencio del médico insinuándole que su bolsillo bien
puede subvencionar la publicación de sus memorias.
Whiteside
culmina sus planes al decidir radiar la emisión de su tradicional charla
navideña desde el hogar de los Stanley. Los técnicos, un coro de niños y un
equipo de radio invaden el lugar, pero, cuando Stanley descubre que Whiteside ha
estado fingiendo su dolencia, le ordena que se vaya y se opone a los planes de
independencia de sus hijos.
Dispuesto
ya a marcharse, Shiteside reconoce en la excéntrica hermana de Stanley, Harriet
(Ruth Vivian), a una supuesta asesina que fue absuelta de la acusación de
despedazar a sus padres con un hacha después de una reyerta familiar. Shiteside
chantajea a Stanley y, recuperando otra vez la batuta, envía a los jóvenes a
abrirse camino y arregla el roto idilio de Maggie. Al abandonar la casa, resbala
en el pavimento helado y se rompe la pierna. Cuando le trasportan de nuevo al
interior, le dicen que Eleanor Roosevelt está al teléfono y quiere hablar con
él.
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