Argumento: La hermosa Judith Traberne (Bette Davis), miembro de la sociedad hípica de Long Island, parece ser la personificación de la juventud y disfruta de una vida rica y pletórica. Vive alegremente, pero bebe y fuma en exceso. Las repetidas jaquecas que la atormentan parecen consecuencia de su actividad social,  pero sus amigos, alarmados, consiguen que conozca a un especialista del cerebro, el doctor Frederick Steele (George Brent), con ocasión de un cóctel, sabiendo que ella nunca permitiría un examen profesional. Tras una cierta hostilidad inicial, la joven accede a que el especialista la visite y confirme su diagnóstico original: padece un tumor cerebral y es necesaria una operación inmediata.

La operación es un éxito y Judith se enamora de Steele, que le pide que se case con él. Ann King (Geraldine Fitzgerald), su secretaria, está encantada con esta noticia, hasta que Steele le confía que el tumor cerebral de Judith volverá a desarrollarse al cabo de un año y será fatal. Por casualidad, Judith se entera de la verdad y, tras interrogar a Steele sobre la amenaza que pesa sobre ella, llega a la conclusión de que él sólo quería casarse con ella por compasión. Adoptando una actitud imprudente, vuelve a convertirse en el miembro más alegre y alocado de su pandilla de juerguistas.

 

El gran afecto que Judith siente por su caballo pura sangre, Challenger, parece ser lo único que la preocupa. Una noche, mientras se encuentra en la cuadra hablando con el animal, su entrenador, el temperamental irlandés Michael O'Leary (Humprhey Bogart), que lleva años enamorado de ella, escucha sus palabras y le dice que será una tonta si no goza de toda la felicidad posible antes de que sea demasiado tarde. Ella comprende que tiene razón y va a ver al doctor Steele.

Una vez casados, se retiran a la grande de él en Connecticut, donde Steele, que ha abandonado el ejercicio de la medicina, pretende dedicarse a la investigación con la esperanza de encontrar una cura para las enfermedades del cerebro. Judith vive plenamente su idílico verano y para ella cada día está lleno de alegría y es una nueva aventura.

Durante el fin de semana en que Ann King visita la granja, llaman a Steele a Washington para una conferencia médica. Judith, consciente de que su pérdida de visión es la señal de que le quedan pocas horas de vida, oculta a Steele su estado y le envía a su lugar de trabajo. Apenas se ha marchado, Ann la ayuda a trasladarse a su dormitorio.

Ya en la cama, Judith comprende que ha conseguido resumir toda una vida feliz en sólo unos pocos meses. Cuando los últimos rayos del sol desaparecen de su mundo y la envuelven las tinieblas, sonríe, sabiendo que ha conseguido una pequeña victoria sobre la muerte.

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